POR: LINA ALEJANDRA URIBE HENAO
El 25 de junio de 2008, la vida de aproximadamente 3000 personas cambió completa y radicalmente. El motivo fue el abrupto cierre del basurero de Navarro, que, aunque favoreció el cuidado ambiental, tiró al olvido a las personas que durante años habían vivido de la basura y encontraban en ésta su única posibilidad de subsistencia.
Después del cierre de Navarro había muchos recicladores en busca de muy poca basura. Al parecer a la mayoría del pueblo no le importaba la situación, incluso las entidades encargadas de imponer el orden e igualdad social quisieron aliviar el gran problema con “paños de agua tibia”.
Afortunadamente los recuperadores lograron agruparse y, con representantes que hicieron un buen uso de las leyes, consiguieron llegar a un acuerdo con el gobierno municipal que garantiza su reorganización e inclusión social. Además los pactos logrados aseguran que los antiguos recicladores van a gozar de una serie de beneficios nunca antes pensados. El conjunto del arduo proceso y los logros alcanzados por estas personas a veces muy mal llamadas “indigentes", se ha convertido en un ejemplo para la comunidad.
Otra causa por la que los recicladores fueron “tirados a la caneca” fue que empresas privadas se estaban encargando de darle un tratamiento integral a los residuos de las grandes empresas. Un reciclador se levantaba aproximadamente a las 4:30 am, preparaba algo de comida para sus hijos, hacía los oficios de la casa y salía a recorrer las calles de la ciudad en busca de papel, cartón y plásticos, que en horas de la tarde llevaba a una bodega y vendía a un muy bajo costo; todo para no morir de hambre. Al otro lado de la cuidad, un empresario se levanta a las 6:00am y mientras le grita a su empleada que le sirva el desayuno, hace algunas llamadas a los dirigentes de las grandes industrias para pedir una cita y ofrecer un nuevo plan de tratamiento integral a los residuos sólidos.
El empresario no muere de hambre si no pacta un contrato, pero el reciclador sí perece al no tener ningún material que pueda vender para comprar alimentos. Aunque la situación parezca exagerada, es una breve ilustración de una situación vivida hace poco por cientos de familias recicladoras. Y claro, es entendible que se le dé mucha mas prioridad a los intereses de unos encorbatados (quienes detrás de un libro de leyes esconden toda su insensibilidad), que a los de una persona humildemente vestida que va a poner la cara en nombre de su familia y compañeros, exigiendo un trabajo, una vivienda y un salario.
La insensibilidad del pueblo es otro factor en contra de los humildes recicladores; esto pudo comprobarse con un sondeo de opinión realizado en la PUJ, el cual arrojó como resultado que la mayoría de los estudiantes ignoraban por completo la situación vivida por los recicladores e incluso aceptaron que en sus casas no se tomaban la molestia de clasificar las basuras antes de sacarlas.
El concejal del Polo Democrático Fabio Alonso Arroyave dio una opinión muy acertada sobre la exclusión de los recicladores; expresó que la solución era incluirlos en la cadena del reciclaje y crear políticas en donde todos salieran favorecidos (2008). Al parecer, las propuestas de inclusión social no sonaban muy llamativas al bolsillo de los nuevos empresarios disponentes del reciclaje que se estaban lucrando mientras dejaban con hambre a gran parte de la población. Y como si fuera poco, en diciembre de 2008 apareció una ley que consideraba infractores a todos aquellos que esculcaran las bolsas de basura una vez puestas para su recolección (Colombia, 2008, Art. 7). Es curioso que cuando la empresa de los hijos del primer mandatario está cogiendo vuelo, aparezca una ley que elimine completamente a sus contrincantes, lástima que en los asuntos estatales estas incongruencias no sean tenidas en cuenta.
Lo que el pueblo ignoraba era que detrás de las leyes manipuladas y esa gran cantidad de intereses políticos de por medio se encontraban los humildes recicladores esperando una respuesta y un nuevo proyecto para que no tuvieran que seguir realizando su labor clandestinamente. Antes los únicos que se interesaban en la basura eran los recuperadores porque no tenían otra alternativa de vida. Ahora los grandes empresarios descubrieron esa “mina de oro” y quieren apoderársela a como dé lugar.
Después de demandas, protestas y comités parece que todo ha llegado a su fin y que ahora sí los recicladores van a ser reconocidos como lo que verdaderamente son: empresarios del reciclaje. Adriana Ruiz, la abogada caleña que ha llevado todo el proceso, comentó a El Tiempo sobre la más reciente situación de los recicladores caleños. Expresó que ellos ya son reconocidos como empresarios jurídicamente, sólo les falta llenar el título aprendiendo a tener mayor gestión, proyección y confianza. La nueva tarea es educar a la comunidad (2009).
Adriana Molina, representante de la Fundación Recuperadores por Cali expresó que ya la Alcaldía está empezando a cumplir sus propuestas, que van a abrir puntos de encuentro para que todos los recuperadores lleven el material y además les van a pagar el acarreo. También van a recibir un subsidio de vivienda. Lo único que ella le ruega a Dios es que todas las promesas sean cumplidas (2009).
En conclusión, han sido muchos los avances que se han visto en cuanto a la situación de los recicladores, ahora lo único que se espera es que el gobierno y todas las entidades que han ofrecido su ayuda cumplan con lo prometido, al fin y al cabo estas personas no están haciendo más que un bien ambiental que al mismo tiempo les sirve para poder sobrevivir en este mundo en el que los intereses personales están primero que todo.
REFERENCIAS
Arroyave, F. (2008), “Quieren sacar a los recicladores para quedarse con el negocio!”, [en línea], disponible en http://www.polodemocratico.net/Quieren-sacar-a-los-recicladores,4693, recuperado: 17 de noviembre de 2009.
Colombia, Congreso Nacional de la República (2008, 19 de diciembre), “Ley 1259 de 2009, por medio de la cual se instaura en el territorio nacional la aplicación del comparendo ambiental a los infractores de las normas de aseo, limpieza y recolección de escombros; y se dictan otras disposiciones”, en Diario Oficial, núm. 47.208, 19 de diciembre de 2008, Bogotá.
El Tiempo (2009), “Adriana Ruiz-Restrepo dice que entidades y recicladores de Cali lograron un lenguaje común”, [en línea], disponible en http://www.eltiempo.com/colombia/occidente/adriana-ruiz-restrepo-dice-que-entidades-y-recicladores-de-cali-lograron-un-lenguaje-comun_6320807-1, recuperado: 17 de noviembre de 2009.
Molina, A. (2009, 3 de octubre), entrevistada por Uribe Henao, L. A., Cali.
viernes, 27 de noviembre de 2009
sábado, 14 de noviembre de 2009
VOLANDO CON ALAS ROTAS
POR: LINA ALEJANDRA URIBE HENAO
Se dice que en el mundo actual, gracias a los avances tecnológicos, la información tiene alas. Fácilmente desde el sillón de nuestra sala en frente del televisor podemos enterarnos de lo que ocurre al otro lado del mundo, lo curioso es que en medio de tanta información circulante la que realmente nos afecta por su cercanía o nos compromete como personas está siendo dejada en un segundo o quizás tercer plano.
Un ejemplo lo podemos encontrar en la PUJ en donde los estudiantes desconocen casi totalmente una situación que tal vez no los afecta directamente pero sí les incumbe como ciudadanos o simplemente como seres humanos. Se trata de la problemática desencadenada por el cierre del basuro de Navarro y el nuevo manejo de las basuras. Es increíble saber que los estudiantes con mayor carencia de información y errores de argumentación y coherencia son los de Derecho, incluso cuando se les preguntaba sobre una ley.
La falta de información genera un mínimo sentido crítico y cierra todas las posibilidades de sensibilización y acción ante una determinada situación. Estudiantes que desde ahora no estén enterados y generen opiniones sobre lo que acontece a sus alrededores no muestran un futuro prometedor, más aun si se están preparando para más adelante imponer las leyes en un país.
En fin, parece la que “las alas de la información” se encuentran rotas porque no están llevando a cabo integralmente su labor. Un pueblo desinformado es un pueblo dominado y si esto se está dando ahora en los jóvenes, ¿qué será del futuro de nuestro país?
Un ejemplo lo podemos encontrar en la PUJ en donde los estudiantes desconocen casi totalmente una situación que tal vez no los afecta directamente pero sí les incumbe como ciudadanos o simplemente como seres humanos. Se trata de la problemática desencadenada por el cierre del basuro de Navarro y el nuevo manejo de las basuras. Es increíble saber que los estudiantes con mayor carencia de información y errores de argumentación y coherencia son los de Derecho, incluso cuando se les preguntaba sobre una ley.
La falta de información genera un mínimo sentido crítico y cierra todas las posibilidades de sensibilización y acción ante una determinada situación. Estudiantes que desde ahora no estén enterados y generen opiniones sobre lo que acontece a sus alrededores no muestran un futuro prometedor, más aun si se están preparando para más adelante imponer las leyes en un país.
En fin, parece la que “las alas de la información” se encuentran rotas porque no están llevando a cabo integralmente su labor. Un pueblo desinformado es un pueblo dominado y si esto se está dando ahora en los jóvenes, ¿qué será del futuro de nuestro país?
viernes, 23 de octubre de 2009
LADRILLOS FIRMES, EDIFICACIÓN SEGURA
Para nadie es un secreto que los colombianos estamos atravesando por una fuerte crisis económica causada, en su mayoría, por el desempleo y la falta de oportunidades laborales. Tampoco es un secreto que el gobierno actual invierte varios millones de pesos diarios en la guerra. Nos puede parecer contradictoria la situación pero es la cruda realidad, en este país se prefiere gastar el dinero en una guerra que parece no tener fin, a invertir, por ejemplo, en la educación de los niños para que no estén condenados a repetir esta monstruosa historia en un futuro no muy lejano.
De la crisis no se salva nadie. La carencia de oportunidades laborales afecta tanto al caleño fresco como al paisa emprendedor; tanto al costeño despreocupado como al bogotano ambicioso. Después de hacer un estudio sobre lo que posiblemente puede ser causante de la actual situación he llegado a una firme conclusión: El desempleo en nuestro país obedece a la falta de educación, factor indispensable para evitar caer en las garras de este mundo globalizado.
Según estadísticas del DANE el número de estudiantes matriculados en instituciones que ofrecen educación formal en Colombia presentó una tasa de crecimiento del 0,1% en el año 2008 con respecto al 2007. En estas circunstancias ningún avance puede ser rechazado pero sí debe reconocerse que el porcentaje de crecimiento presentado no obedece a la cifra que debería presentar un país que “promueve e invierte en la educación”.
Aunque el estudio sobre la educación formal presentado por el DANE revela que la mayoría de las instituciones de educación formal en nuestro país ofrecen básica primaria y que ésta sigue siendo el nivel educativo que mayor número de matriculados presenta, en el año 2008 mostró una tasa de crecimiento negativa del 2,0% con respecto al 2007. Los niños y jóvenes antes de ser el futuro de nuestro país son el presente y ante la necesidad muchos de ellos dejan el colegio por irse a trabajar y colaborar en la economía del hogar, por lo que la idea de que serán los “transformadores sociales” puede ser tirada a la basura.
El sector oficial (escuelas y colegios públicos) sigue siendo el más recurrido, el 76,8% de estudiantes matriculados en el 2008 lo hicieron en instituciones de este tipo, lo que nos corrobora que la educación en nuestro país depende, en su mayoría, de los aportes estatales. Lástima que la asistencia prestada no sea integral, pues en muchas ocasiones dichas instituciones se ven obligadas a frenar su labor hasta que los docentes reciban su pago mensual obligatorio y regresen a sus sitios de trabajo.
El DANE muestra igualmente en su estudio que la mayoría de docentes de cada nivel educativo (preescolar, básica primaria, básica secundaria y media) cuentan con estudios profesionales. Un dato reconfortante que le otorga cierto grado de calidad a la educación, aunque no puede olvidarse que la globalización trae consigo la necesidad de actualización y aprendizaje constate no sólo para los estudiantes sino también para los docentes y así poder cada día ofrecer más calidad.
La mayoría del pueblo colombiano desconoce la forma de proceder del gobierno cuando incauta dinero proveniente del narcotráfico, por ejemplo. El destino de esos varios millones de dólares es incierto. Como aun no está prohibido pensar en lo que podría ser, “que bueno sería que todo este dinero fuera reinvertido en el pueblo, en salud, educación, vivienda, recreación y en todo de lo que carecemos”. Al parecer esas no son las prioridades estatales, lo que parece es que nuestros gobernantes quieren aportar poco a aspectos tan importantes como la educación porque en el fondo desean seguir teniendo personas dóciles que se dejen manejar y no tengan argumentos en contra de las decisiones macabras que suelen tomarse.
No podemos seguir siendo un país conformista que enfoca sus intereses en la guerra, se hace necesario impedir que el estado tome decisiones por nosotros y viole la democracia que tanto proclama. Necesitamos una buena educación que genere cambio social. ¿Con todo esto y pensando en segunda reelección? Sin palabras.
De la crisis no se salva nadie. La carencia de oportunidades laborales afecta tanto al caleño fresco como al paisa emprendedor; tanto al costeño despreocupado como al bogotano ambicioso. Después de hacer un estudio sobre lo que posiblemente puede ser causante de la actual situación he llegado a una firme conclusión: El desempleo en nuestro país obedece a la falta de educación, factor indispensable para evitar caer en las garras de este mundo globalizado.
Según estadísticas del DANE el número de estudiantes matriculados en instituciones que ofrecen educación formal en Colombia presentó una tasa de crecimiento del 0,1% en el año 2008 con respecto al 2007. En estas circunstancias ningún avance puede ser rechazado pero sí debe reconocerse que el porcentaje de crecimiento presentado no obedece a la cifra que debería presentar un país que “promueve e invierte en la educación”.
Aunque el estudio sobre la educación formal presentado por el DANE revela que la mayoría de las instituciones de educación formal en nuestro país ofrecen básica primaria y que ésta sigue siendo el nivel educativo que mayor número de matriculados presenta, en el año 2008 mostró una tasa de crecimiento negativa del 2,0% con respecto al 2007. Los niños y jóvenes antes de ser el futuro de nuestro país son el presente y ante la necesidad muchos de ellos dejan el colegio por irse a trabajar y colaborar en la economía del hogar, por lo que la idea de que serán los “transformadores sociales” puede ser tirada a la basura.
El sector oficial (escuelas y colegios públicos) sigue siendo el más recurrido, el 76,8% de estudiantes matriculados en el 2008 lo hicieron en instituciones de este tipo, lo que nos corrobora que la educación en nuestro país depende, en su mayoría, de los aportes estatales. Lástima que la asistencia prestada no sea integral, pues en muchas ocasiones dichas instituciones se ven obligadas a frenar su labor hasta que los docentes reciban su pago mensual obligatorio y regresen a sus sitios de trabajo.
El DANE muestra igualmente en su estudio que la mayoría de docentes de cada nivel educativo (preescolar, básica primaria, básica secundaria y media) cuentan con estudios profesionales. Un dato reconfortante que le otorga cierto grado de calidad a la educación, aunque no puede olvidarse que la globalización trae consigo la necesidad de actualización y aprendizaje constate no sólo para los estudiantes sino también para los docentes y así poder cada día ofrecer más calidad.
La mayoría del pueblo colombiano desconoce la forma de proceder del gobierno cuando incauta dinero proveniente del narcotráfico, por ejemplo. El destino de esos varios millones de dólares es incierto. Como aun no está prohibido pensar en lo que podría ser, “que bueno sería que todo este dinero fuera reinvertido en el pueblo, en salud, educación, vivienda, recreación y en todo de lo que carecemos”. Al parecer esas no son las prioridades estatales, lo que parece es que nuestros gobernantes quieren aportar poco a aspectos tan importantes como la educación porque en el fondo desean seguir teniendo personas dóciles que se dejen manejar y no tengan argumentos en contra de las decisiones macabras que suelen tomarse.
No podemos seguir siendo un país conformista que enfoca sus intereses en la guerra, se hace necesario impedir que el estado tome decisiones por nosotros y viole la democracia que tanto proclama. Necesitamos una buena educación que genere cambio social. ¿Con todo esto y pensando en segunda reelección? Sin palabras.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Y ELLOS QUE PENSABAN QUE LES IBA A DURAR MÁS EL TRABAJITO...
Hace poco más de un año, en la ciudad de Cali se hizo el cierre oficial del “basuro de Navarro”, hecho que dejó a centenares de familias de recicladores pensando qué harían para sobrevivir tras haber perdido esa “montañita” de donde sacaban, clasificaban y organizaban las cosas que luego llevarían a empresas de reciclaje a cambio de algún dinero que no les permitía morir de hambre.
El hecho de que las basuras estén siendo trasladadas al relleno sanitario de Yotoco es maravilloso mirándolo por el lado de la salubridad de los caleños y la estética de la cuidad, pero ¿qué sobre las personas cuya fuente primaria de ingresos era el mismo basurero, dañino y maloliente? No estoy insinuando que debería revivirse el basuro para que estas personas sigan ejerciendo su labor ni nada por el estilo, solamente considero que es injusto dejar en la calle de un día para otro a aquellos recolectores que durante más de 30 años han ayudado a la industria y al medio ambiente. Vale aclarar que dichas personas no son indigentes, por el contrario, son todos unos empresarios.
Desde antes del cierre de Navarro el gobierno está prometiendo que ofrecerá contratos de trabajo para que los recicladores recojan los desechos de la ciudad o ejerzan otras labores básicas, cosa que no se ha cumplido aun. Si estas personas pudieran tener un diálogo íntimo con sus aparatos digestivos en donde les informaran que deben esperar a que el gobierno se manifieste con una ayuda económica o laboral a sus portadores y que mientras tanto deben guardar la calma, todo sería más fácil. El problema es que el hambre no espera, es impaciente y mata sin compasión, sin distinción de edades ni de géneros.
Son más de 500 familias de recicladores las que se han visto afectadas por el traslado de esta zona que ahora pasó a ser parte del estado. Personas trabajadoras y organizadas, que se levantaban muy temprano cada mañana al basurero para vivir de lo que nosotros desechamos, están siendo “tiradas a la basura”.
UN NUEVO MANDAMIENTO IMPERA EN NUESTRA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA
Dice la leyenda que el señor Álvaro Uribe le dictó a sus hijos el décimo primer mandamiento, ordenándoles cumplirlo a cabalidad: “arrebátale el pan de la boca a los más necesitados y tu economía crecerá velozmente”
Como podemos darnos cuenta, los hermanos Uribe Moreno cumplen el mandato en su totalidad. Se constata con la presencia de empresas como Recursos Ecoeficiencia S.A. que descubrieron que no toda la basura era basura, y que de la parte de la basura que no era basura podían obtener grandes beneficios económicos, desplazando cada día más y más a los recicladores de su labor.
Encima de todo, muchas de las grandes empresas que antes daban sus desechos a los recolectores ahora prefieren ponerlos en manos de empresas como la de los “Uribitos” para que se encarguen de dar un tratamiento integral a los residuos, entonces tras de que a los recicladores se les llevan “la mata de basura”, las otras “maticas” están dando sus “frutos” a distintas personas, y es que ¿cómo negarle a los hijos del presidente un poco de basura sabiendo además que su empresa le dará un mejor tratamiento que el que le daban los humildes recicladores?
Tras una serie de infortunios aparece la ley 1259 de 2008, la cual en su artículo 7 expone como una de las infracciones a las normas ambientales de aseo el hecho de “Destapar y extraer, parcial o totalmente, sin autorización alguna, el contenido de las bolsas y recipientes para la basura, una vez colocados para su recolección”, es decir, los recicladores no podrán hurgar más las bolsas de basura mientras éstas aguardan por el carro que las recoge. Lo peor es que las multas por incumplir esta norma pueden ser hasta de dos salarios mínimos legales vigentes. ¿Cómo un reciclador que en los tiempos buenos ganaba entre veinticinco y treinta mil pesos diarios va a pagar una multa de tal magnitud en esta época de “vacas flacas”?
Parece que esta ley hubiera sido hecha para que las empresas que ahora se están encargando del reciclaje pudieran surgir plenamente y sin ningún inconveniente. Sería muy raro que algún día saliera una ley que defendiera a unas personas del común antes que a los hijos del primer mandatario, que aparte de todo ahora son los dueños hasta de la basura. El proyecto hubiera sido bueno si en vez de excluir a los recicladores que tanta experiencia tienen en este tema los hubieran incluido para trabajar en conjunto, así se hubiera evitado toda la problemática y posiblemente sería una asociación muy exitosa y con gran futuro.
Como un gobierno “tan democrático” no puede desproteger a ninguno de sus gobernados, parece que hay una “luz verde” ahora que un fallo de la Corte Constitucional exigió cancelar la licitación de aseo porque se dieron cuenta de que era muy excluyente, pero eso todavía está en proceso y no se puede cantar victoria hasta que no veamos a todos los recicladores ocupando un cargo que les permita llevar una vida digna, porque no sería raro que todo esto se quedara en palabras y sólo palabras.
En este momento sólo tenemos que estar preparados para cualquier cosa. Ya vivimos el cierre del basuro que dejó sin trabajo a muchas personas, la famosísima ley que les impide esculcar las bolsas de basura tiradas en la calle, el pacto que están haciendo las nuevas empresas de reciclaje con las grandes empresas nacionales para tratarles las basuras y el olvido en el que tienen a un sector de la sociedad afectado por todos estos cambios. Nada raro sería que un día de estos salga una ley que diga que para una mayor seguridad de las basuras Gerónimo y Tomás Uribe pasarán determinados días de la semana y las tomarán directamente desde el patio de nuestras casas.
El hecho de que las basuras estén siendo trasladadas al relleno sanitario de Yotoco es maravilloso mirándolo por el lado de la salubridad de los caleños y la estética de la cuidad, pero ¿qué sobre las personas cuya fuente primaria de ingresos era el mismo basurero, dañino y maloliente? No estoy insinuando que debería revivirse el basuro para que estas personas sigan ejerciendo su labor ni nada por el estilo, solamente considero que es injusto dejar en la calle de un día para otro a aquellos recolectores que durante más de 30 años han ayudado a la industria y al medio ambiente. Vale aclarar que dichas personas no son indigentes, por el contrario, son todos unos empresarios.
Desde antes del cierre de Navarro el gobierno está prometiendo que ofrecerá contratos de trabajo para que los recicladores recojan los desechos de la ciudad o ejerzan otras labores básicas, cosa que no se ha cumplido aun. Si estas personas pudieran tener un diálogo íntimo con sus aparatos digestivos en donde les informaran que deben esperar a que el gobierno se manifieste con una ayuda económica o laboral a sus portadores y que mientras tanto deben guardar la calma, todo sería más fácil. El problema es que el hambre no espera, es impaciente y mata sin compasión, sin distinción de edades ni de géneros.
Son más de 500 familias de recicladores las que se han visto afectadas por el traslado de esta zona que ahora pasó a ser parte del estado. Personas trabajadoras y organizadas, que se levantaban muy temprano cada mañana al basurero para vivir de lo que nosotros desechamos, están siendo “tiradas a la basura”.
UN NUEVO MANDAMIENTO IMPERA EN NUESTRA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA
Dice la leyenda que el señor Álvaro Uribe le dictó a sus hijos el décimo primer mandamiento, ordenándoles cumplirlo a cabalidad: “arrebátale el pan de la boca a los más necesitados y tu economía crecerá velozmente”
Como podemos darnos cuenta, los hermanos Uribe Moreno cumplen el mandato en su totalidad. Se constata con la presencia de empresas como Recursos Ecoeficiencia S.A. que descubrieron que no toda la basura era basura, y que de la parte de la basura que no era basura podían obtener grandes beneficios económicos, desplazando cada día más y más a los recicladores de su labor.
Encima de todo, muchas de las grandes empresas que antes daban sus desechos a los recolectores ahora prefieren ponerlos en manos de empresas como la de los “Uribitos” para que se encarguen de dar un tratamiento integral a los residuos, entonces tras de que a los recicladores se les llevan “la mata de basura”, las otras “maticas” están dando sus “frutos” a distintas personas, y es que ¿cómo negarle a los hijos del presidente un poco de basura sabiendo además que su empresa le dará un mejor tratamiento que el que le daban los humildes recicladores?
Tras una serie de infortunios aparece la ley 1259 de 2008, la cual en su artículo 7 expone como una de las infracciones a las normas ambientales de aseo el hecho de “Destapar y extraer, parcial o totalmente, sin autorización alguna, el contenido de las bolsas y recipientes para la basura, una vez colocados para su recolección”, es decir, los recicladores no podrán hurgar más las bolsas de basura mientras éstas aguardan por el carro que las recoge. Lo peor es que las multas por incumplir esta norma pueden ser hasta de dos salarios mínimos legales vigentes. ¿Cómo un reciclador que en los tiempos buenos ganaba entre veinticinco y treinta mil pesos diarios va a pagar una multa de tal magnitud en esta época de “vacas flacas”?
Parece que esta ley hubiera sido hecha para que las empresas que ahora se están encargando del reciclaje pudieran surgir plenamente y sin ningún inconveniente. Sería muy raro que algún día saliera una ley que defendiera a unas personas del común antes que a los hijos del primer mandatario, que aparte de todo ahora son los dueños hasta de la basura. El proyecto hubiera sido bueno si en vez de excluir a los recicladores que tanta experiencia tienen en este tema los hubieran incluido para trabajar en conjunto, así se hubiera evitado toda la problemática y posiblemente sería una asociación muy exitosa y con gran futuro.
Como un gobierno “tan democrático” no puede desproteger a ninguno de sus gobernados, parece que hay una “luz verde” ahora que un fallo de la Corte Constitucional exigió cancelar la licitación de aseo porque se dieron cuenta de que era muy excluyente, pero eso todavía está en proceso y no se puede cantar victoria hasta que no veamos a todos los recicladores ocupando un cargo que les permita llevar una vida digna, porque no sería raro que todo esto se quedara en palabras y sólo palabras.
En este momento sólo tenemos que estar preparados para cualquier cosa. Ya vivimos el cierre del basuro que dejó sin trabajo a muchas personas, la famosísima ley que les impide esculcar las bolsas de basura tiradas en la calle, el pacto que están haciendo las nuevas empresas de reciclaje con las grandes empresas nacionales para tratarles las basuras y el olvido en el que tienen a un sector de la sociedad afectado por todos estos cambios. Nada raro sería que un día de estos salga una ley que diga que para una mayor seguridad de las basuras Gerónimo y Tomás Uribe pasarán determinados días de la semana y las tomarán directamente desde el patio de nuestras casas.
sábado, 15 de agosto de 2009
¡ES QUE ASÍ ERA EL PAPÁ CUANDO CHIQUITO!
POR: LINA ALEJANDRA URIBE HENAO
AGOSTO 15 DE 2009
¿Se ha preguntado algún día por qué sus hijos se comportan de la manera que lo hacen? ¿Culpa de la rebeldía a la genética o remite los comportamientos de sus niños a la irreflexiva frase “es que así era el papá cuando chiquito”? Si usted se ha comportado de alguna de las anteriores formas, con todo el respeto que merece déjeme decirle que es un ignorante.
Estudios sobre los diversos comportamientos que suelen adoptar los niños han demostrado que la base de todo es el deseo de ser el centro de atención; si su hijo hace berrinches en público, quiere que siempre se haga lo que él diga, no se relaciona muy a menudo con otros niños y tiene tendencia al egoísmo, no es porque traiga estos comportamientos grabados en su código genético, es porque simplemente está buscando que usted, el padre (o en su defecto la persona con quien más comparte su tiempo), le ponga todo el cuidado posible.
No lo agreda violentamente cuando presente actitudes inadecuadas, si el recurso de hablarle pacíficamente resulta insuficiente, haga caso omiso a sus comportamientos, muchas veces es más efectivo que el castigo físico o la privación de sus actividades predilectas. El hecho de “ignorarlo” en el momento de la pataleta le permitirá al niño darse cuenta de que esa no es la mejor forma de captar la atención de su padre; por el contrario, cuando se porte bien felicítelo, estimúlelo, dígale cuanto lo ama y lo orgulloso que se siente de lo que hizo, así le hará ir reconociendo el tipo de cosas con que puede lograr que usted le ponga mucho cuidado.
Un factor muy importante para el desarrollo integral de los hijos es el tiempo que comparten con sus padres. Así se diga que lo que importa no es la cantidad sino la calidad, piense en que sus niños están creciendo constantemente y puede que usted algún día desee recuperar todo el tiempo que perdió (así hayan compartido juntos momentos supremamente importantes) y estar con ellos aunque sea para ver la forma en que duermen. No se convierta en un padre proveedor de cosas materiales para compensar las falencias de cariño, puede que éstas alegren a los pequeños en el momento en que la reciben y muy probablemente cuando las vean se acordarán de usted, pero al mismo tiempo desearán cambiar todo eso por un simple abrazo, un beso, un te amo o una caricia.
Jerry Myckoff habla en su libro “Como disciplinar a su hijo” sobre las pataletas, planteando que la forma de evitar el problema es enseñándole al niño a enfrentar la frustración y el enojo:
Muéstrele a su hijo cómo los adultos como usted pueden hallar formas de enfrentar los problemas sin gritar ni chillar. Cuando a usted se le queme la cazuela de carne, por ejemplo, en lugar de tirar la olla quemada a la basura, diga: “Ahora estoy molesta, cariño, pero me controlaré. Buscaré la forma de resolver este lío viendo qué otra cosa puedo preparar rápidamente para la cena”. No importa cuál sea la situación, enséñele a su hijo a considerar las opciones que tiene para solucionar sus problemas en lugar de ponerse violenta por su causa.
De esta manera el niño tomará el ejemplo y no se ofuscará cuando se sienta impotente frente a alguna situación. Ahora bien, si usted mismo es el que no se puede controlar no espere que su hijo sí lo haga, en estos casos tiene que empezar a tomar conciencia de que hay otra personita observando sus comportamientos y muy seguramente luego hará lo mismo. Bajo ninguna circunstancia permita que a usted le dé una pataleta mientras su hijo está en otra. Respire y razone, si se comportan igual sólo lograrán incrementar el problema. Recuerde su papel de orientador.
Otro de las causas más frecuentes del mal comportamiento de un niño es el hecho de que, a la hora de tomar una decisión que lo incluya, sus padres se desautoricen entre sí. El niño quedará totalmente desorientado y no sabrá a quién hacerle caso, pues si hace lo que uno de sus padres le ordena el otro se disgustará y viceversa. Ambos perderán autoridad y brindarán motivos al pequeño para que intente llamar la atención mediante una de sus pataletas.
Vale la pena citar las palabras de un especialista en vida familiar, como lo es Kenneth E. Barber para llegar a la tan esperada conclusión:
Muchos problemas de comportamiento pueden ser en realidad problemas de los padres. Si su hijo se comporta demasiado mal, deténgase y examine su propio comportamiento. Tanto para los padres como para los hijos es más sencillo evitar el mal comportamiento que manejarlo después. Usted necesita un plan para evitar problemas.
De esta manera, si usted es padre, madre o tiene un niño a cargo no le trasmita sus problemas y debilidades. Se pueden brindar una ayuda mutua pero usted siempre debe tener claro y hacerle saber al pequeño quién es la autoridad. Bríndele todo su amor, atención y cariño cuidándose de no llegar al límite de la sobreprotección, recuerde que todo en exceso es malo. Autoevalúe sus comportamientos, si usted comete grandes fallas a menudo no podrá pretender que su hijo sea un “niño perfecto”. Piense en que usted algún día pasó por esa etapa y no le hubiera gustado ser maltratado, y si lo fue no querrá repetir la dolorosa historia con sus hijos.
jueves, 13 de agosto de 2009
SEDIENTA ARENA QUE TU SED CALMAS CON VIDA
POR: LINA ALEJANDRA URIBE
AGOSTO 13 DE 2009
Imagen tomada de http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuseaction=blog.view&friendId=181667422&blogId=427936131
No podemos negar que la vida de todo ser humano gira en torno al placer. Lo sentimos al comer, al dormir e incluso al respirar, aunque esto último sea una acción involuntaria. Lo que resulta inconcebible es que algunas personas sientan placer al matar.
La corrida es un ritual de sufrimiento al que se denomina espectáculo. Aunque esta práctica se haya convertido en tradición, es inaceptable el hecho de que algunas personas se entretengan yendo a una plaza a ver cómo un toro muere desangrado debido a la cantidad de puñaladas que recibe, y a un torero sintiéndose héroe por haber acabado con la vida de otro ser, que incluso puede superarlo en inteligencia. El torero es “un maniático con arma escondida que bajo su capa esconde la muerte”. Es un cobarde que se atreve a luchar con un toro porque sabe que al final él será el único que saldrá con vida.
Durante muchos años, a estas sangrientas faenas se les ha llamado también arte. ¿Un arte que destruye? No creo que este sea un nombre muy apropiado. Encima de todo ahora con el famoso artículo del proyecto de ley 313 se pretende suprimir cualquier tipo de protesta anti taurina y hasta prohibirle a los alcaldes pronunciarse contra el maltrato de los animales en plazas de toros. Sin duda alguna, los creadores de esta ley son unos completos insensibles que creen que con una ley pueden callar a millones anti taurinos. Afortunadamente se equivocan, esta “reglita” será inservible mientras existan personas que le den buen uso a su razón y no pasen por alto la masacre de toros.
Siguiendo por la línea de las “curiosidades políticas”, vemos que la misma ley propone que el gobierno subsidie escuelas taurinas. ¿Qué más se puede esperar que salga de la cabeza de un senador? Si quieren que los niños aprendan a matar a sangre fría y sin ningún costo no es necesario que pertenezca a una escuela taurina, puede llevarlo a una escuela de sicarios sólo que al mismo tiempo debe tomar clases de etiqueta y glamour, esto lo convertirá en un “asesino educado”. Por último haría falta comprarle un traje muy apretadito que permita ver sus dotaciones, ¡y listo! Se ha fabricado un torero a un bajo costo y todo ese dinero que se iba a invertir en la escuela taurina puede destinarse nuevamente a la educación, por ejemplo.
Antonio Caballero critica con una escueta frase la posición de los antitaurinos: “Nadie los obliga a ellos a ir a toros”. No se hace necesario ir a ver una corrida para mantener nuestro descontento y profunda oposición, basta con sólo saber lo que se les hace a los toros para, como seres humanos poseedores de razón, darnos cuenta de este inadecuado comportamiento. Además ya hasta por televisión se transmiten estos “espectáculos” y las calles están llenas de vallas elogiando a los toreros asesinos y motivando a la gente para que asista a la masacre.
AGOSTO 13 DE 2009

No podemos negar que la vida de todo ser humano gira en torno al placer. Lo sentimos al comer, al dormir e incluso al respirar, aunque esto último sea una acción involuntaria. Lo que resulta inconcebible es que algunas personas sientan placer al matar.
La corrida es un ritual de sufrimiento al que se denomina espectáculo. Aunque esta práctica se haya convertido en tradición, es inaceptable el hecho de que algunas personas se entretengan yendo a una plaza a ver cómo un toro muere desangrado debido a la cantidad de puñaladas que recibe, y a un torero sintiéndose héroe por haber acabado con la vida de otro ser, que incluso puede superarlo en inteligencia. El torero es “un maniático con arma escondida que bajo su capa esconde la muerte”. Es un cobarde que se atreve a luchar con un toro porque sabe que al final él será el único que saldrá con vida.
La violencia es un factor imperante en nuestro mundo y en la lucha que tenemos a diario por disminuirla aparecen las “maravillosas corridas de toros”. Más allá de lo que sufre el animal pensemos en el ejemplo que se le está dando a las nuevas generaciones. A los niños en la casa les hablan de respeto y al terminar la fantástica charla, como premio por el buen comportamiento y para que “conozcan un poco de cultura” los llevan a ver un “hermoso espectáculo”, la corrida de toros. ¿No es una contradicción que se le hable de respeto y luego sea llevado a ver la tortura de otro ser vivo, que aunque animal, también respira, oye, ve y sobre todo siente?
Durante muchos años, a estas sangrientas faenas se les ha llamado también arte. ¿Un arte que destruye? No creo que este sea un nombre muy apropiado. Encima de todo ahora con el famoso artículo del proyecto de ley 313 se pretende suprimir cualquier tipo de protesta anti taurina y hasta prohibirle a los alcaldes pronunciarse contra el maltrato de los animales en plazas de toros. Sin duda alguna, los creadores de esta ley son unos completos insensibles que creen que con una ley pueden callar a millones anti taurinos. Afortunadamente se equivocan, esta “reglita” será inservible mientras existan personas que le den buen uso a su razón y no pasen por alto la masacre de toros.
Siguiendo por la línea de las “curiosidades políticas”, vemos que la misma ley propone que el gobierno subsidie escuelas taurinas. ¿Qué más se puede esperar que salga de la cabeza de un senador? Si quieren que los niños aprendan a matar a sangre fría y sin ningún costo no es necesario que pertenezca a una escuela taurina, puede llevarlo a una escuela de sicarios sólo que al mismo tiempo debe tomar clases de etiqueta y glamour, esto lo convertirá en un “asesino educado”. Por último haría falta comprarle un traje muy apretadito que permita ver sus dotaciones, ¡y listo! Se ha fabricado un torero a un bajo costo y todo ese dinero que se iba a invertir en la escuela taurina puede destinarse nuevamente a la educación, por ejemplo.
Antonio Caballero critica con una escueta frase la posición de los antitaurinos: “Nadie los obliga a ellos a ir a toros”. No se hace necesario ir a ver una corrida para mantener nuestro descontento y profunda oposición, basta con sólo saber lo que se les hace a los toros para, como seres humanos poseedores de razón, darnos cuenta de este inadecuado comportamiento. Además ya hasta por televisión se transmiten estos “espectáculos” y las calles están llenas de vallas elogiando a los toreros asesinos y motivando a la gente para que asista a la masacre.
En conclusión, aunque sea cierto que la violencia no terminará mientras exista el hombre sediento por satisfacer sus placeres, es cierto también que se pueden eliminar algunos actos que la incrementan además de dar un mal ejemplo, corromper la cultura y sobre todo, infringir los derechos de los otros seres vivos hijos de nuestra misma madre naturaleza.
sábado, 8 de agosto de 2009
UN LLANTO SILENCIOSO EN LA ESPESURA DEL AMAZONAS
Aquí les comparto mi cuento, uno de los 30 ganadores del Segundo Concurso Nacional del Cuento RCN-MEN.
Al alba se acercaba. El canto de los gallos despertó a María Adela, una joven de 17 años para quien el mundo había dejado de sonreír y le mostraba una de sus más oscuras caras. Contempló su destartalado reloj y notó que apenas eran las tres y media de la madrugada, una hora demasiado temprana para interrumpir su sueño... y el de su bebé, si es que ya podía atreverse a llamarlo así pues sólo tenía unas semanas de gestación. Se levantó cautelosamente y se dirigió al rancho que servía de cocina por un vaso con agua, haciendo el menor ruido posible para no despertar a sus compañeros. Llevaba pocos meses compartiendo con ellos, pero le parecía haber estado ya mucho tiempo en aquel infierno. Pasó al patio de la guarida, porque de casa no tenía mucho, y observó el cielo, un techo lleno de hermosas estrellas. Por un momento envidió al viento que tenía la libertad de volar por donde quisiera. Cerró sus ojos para respirar el aroma a naturaleza que le producía al mismo tiempo una sensación terrorífica y un recuerdo amable. Recordó su infancia, aquella humilde casa que la había acogido hasta hacía poco, aquella mujer que había pasado noches en vela cuidando de su bienestar y el de sus hermanos, aquel hombre llamado padre que había partido un día para nunca regresar y todo lo que en ese momento anhelaba y extrañaba intensamente.
Pensó en escapar de ese horrible sitio, pero recordó cuántas veces había alimentado este pensamiento vanamente y al final la idea de su debilidad de mujer la había poseído, internándola cada vez más en el corazón de aquella inmensa selva. Inmediatamente el ideal por el cual se encontraba allí reapareció en su mente; recordó aquel día en que aquellos inhumanos guerrilleros irrumpieron en la paz de su hogar para llevarse a Juan Diego, su hermanito de 12 años; recordó también la estúpida idea, porque no fue para nada inteligente, de partir al día siguiente hacia esa espesa selva que quizás escondía al pequeño, para ir en su rescate. Lamentó no haber luchado a muerte cuando se encontró con los hombres armados que la capturaron y llevaron a su campamento.
De repente escuchó de nuevo el canto del gallo, que la sacó del trance en el que había estado durante esos minutos. Se tocó el vientre intentando sentir a su hijo, la única razón que tenía para seguir luchando en ese mortífero lugar.
El sol dejaba ver sus primeros destellos, parecía inverosímil que hubiera gastado el poco tiempo que tenía para descansar en recuerdos que destrozaban más y más su corazón. Sus compañeros empezaron a despertarse. Cuando Adela entró del patio chocó con Emilio, un despreciable hombre que se había aprovechado de su inocencia y ahora era el padre de su hijo. Sus intestinos se retorcían cada vez que veía esa horrible sonrisa mueca. Aceleró el paso, se dirigió al camastro en el que dormía y lo organizó lo mejor posible. Enjuagó su cara y vistió su traje de batalla; se aseguró una vez más de que su vientre no se notara, no quería que la mataran habiendo estado tan poco tiempo con su hijo. No lamentaba haber pisoteado la regla que le habían impuesto de no quedar en embarazo, igual ya era demasiado tarde.
Hacía frío aunque el sol estaba presente. Las mujeres del campamento debían marchar a conseguir comida. María cogió sus cosas y emprendió su camino. Esto hacía parte de su rutina, pero ese día se sentía diferente. Sentía que algo se estaba confabulando a su favor y era la ocasión de jugarse el todo por el todo. Tal vez Dios se estaba apiadando de ella, o más bien de su hijo.
El mismo bosque espeso y agreste era testigo de que ella no estaba allí por voluntad propia. Nunca había albergado en los ideales de su vida formar parte de un grupo sedicioso, ni dispararles a unos soldados que respaldaban una seguridad democrática de un gobierno corrupto ni nada por el estilo.
Pensó en lo que había deseado al amanecer, la libertad del viento. Había una energía camuflada en su interior que la animaba a huir. Lo meditó durante varias horas. Tenía miedo de lo que pudiera acontecer pero a la vez estaba ansiosa por intentarlo. Imaginaba la sonrisa de su madre, un abrazo de sus hermanos y todo aquello que la impulsaba a escapar. Recordó a Juan Diego, pero no podía hacer nada por él. Ni siquiera sabía dónde se encontraba. Las ansias de libertad volvieron a poseerla. Planeó todo; la noche siguiente abandonaría ese lugar y se dirigiría a donde su corazón le indicara, a donde el todo poderoso la quisiera llevar. Apretó fuerte su rosario y se encomendó a su Dios. Eran las seis de la tarde. Había sido un día aparentemente tranquilo. Cerca de la una de la mañana partiría cautelosamente. Había estado muy distraída todo el día. El momento se avecinaba. María Adela estaba muy nerviosa. Una sensación de frío recorría todo su cuerpo y al llegar a su cabeza se convertía en ilusión. Después de un gran trabajo logró cruzar el umbral. Sintió una emoción inmensa, ya estaba fuera de la casucha; ahora solo le restaba dirigirse a un lugar indefinido que pudiera protegerla del peligro del monte, de los animales y sobre todo de los uniformados que cuidaban el campamento aquella noche.
Llevaba pocas horas en su marcha y sentía que había caminado por días; estaba muy cansada. De repente sintió que la observaban, el sudor rodaba por su cara aunque la noche helaba; decidió no mirar hacia atrás, no regresaría jamás.
Su corazón le dijo que era el momento oportuno de correr y lo hizo tan rápido como nunca lo había imaginado, porque ya escuchaba los pasos de los guardianes que venían tras ella. Corrió y corrió, había andado tanto que su cuerpo le suplicaba que se detuviera, pero su interior la animaba a seguir. De pronto escuchó algo que sus oídos nunca hubieran querido oír, las únicas dos palabras que arruinarían todo su plan: "alto ahí". Sintió ganas de llorar pero no dejó de correr; avanzó un poco más. Una vez más se dio cuenta que todo esto sería en vano, que la vida era injusta porque ni siquiera se había apiadado de esa criaturita que aguardaba en su vientre. Un grito se escuchó por toda la selva. Una ráfaga de balas atravesó su cuerpo con la misma libertad que tenía el viento para revolcarle los cabellos. Muchas cosas pasaron por su cabeza en aquel momento: su hijo, su hermanito, toda su familia. Sintió cómo su sangre hervía y la hacía caer rendida ante la naturaleza. Dio gracias a Dios por haberle permitido llegar hasta ahí y sintió como su alma y la de su bebé volaban libres cuan pájaro en el hermoso cielo.
Pensó en escapar de ese horrible sitio, pero recordó cuántas veces había alimentado este pensamiento vanamente y al final la idea de su debilidad de mujer la había poseído, internándola cada vez más en el corazón de aquella inmensa selva. Inmediatamente el ideal por el cual se encontraba allí reapareció en su mente; recordó aquel día en que aquellos inhumanos guerrilleros irrumpieron en la paz de su hogar para llevarse a Juan Diego, su hermanito de 12 años; recordó también la estúpida idea, porque no fue para nada inteligente, de partir al día siguiente hacia esa espesa selva que quizás escondía al pequeño, para ir en su rescate. Lamentó no haber luchado a muerte cuando se encontró con los hombres armados que la capturaron y llevaron a su campamento.
De repente escuchó de nuevo el canto del gallo, que la sacó del trance en el que había estado durante esos minutos. Se tocó el vientre intentando sentir a su hijo, la única razón que tenía para seguir luchando en ese mortífero lugar.
El sol dejaba ver sus primeros destellos, parecía inverosímil que hubiera gastado el poco tiempo que tenía para descansar en recuerdos que destrozaban más y más su corazón. Sus compañeros empezaron a despertarse. Cuando Adela entró del patio chocó con Emilio, un despreciable hombre que se había aprovechado de su inocencia y ahora era el padre de su hijo. Sus intestinos se retorcían cada vez que veía esa horrible sonrisa mueca. Aceleró el paso, se dirigió al camastro en el que dormía y lo organizó lo mejor posible. Enjuagó su cara y vistió su traje de batalla; se aseguró una vez más de que su vientre no se notara, no quería que la mataran habiendo estado tan poco tiempo con su hijo. No lamentaba haber pisoteado la regla que le habían impuesto de no quedar en embarazo, igual ya era demasiado tarde.
Hacía frío aunque el sol estaba presente. Las mujeres del campamento debían marchar a conseguir comida. María cogió sus cosas y emprendió su camino. Esto hacía parte de su rutina, pero ese día se sentía diferente. Sentía que algo se estaba confabulando a su favor y era la ocasión de jugarse el todo por el todo. Tal vez Dios se estaba apiadando de ella, o más bien de su hijo.
El mismo bosque espeso y agreste era testigo de que ella no estaba allí por voluntad propia. Nunca había albergado en los ideales de su vida formar parte de un grupo sedicioso, ni dispararles a unos soldados que respaldaban una seguridad democrática de un gobierno corrupto ni nada por el estilo.
Pensó en lo que había deseado al amanecer, la libertad del viento. Había una energía camuflada en su interior que la animaba a huir. Lo meditó durante varias horas. Tenía miedo de lo que pudiera acontecer pero a la vez estaba ansiosa por intentarlo. Imaginaba la sonrisa de su madre, un abrazo de sus hermanos y todo aquello que la impulsaba a escapar. Recordó a Juan Diego, pero no podía hacer nada por él. Ni siquiera sabía dónde se encontraba. Las ansias de libertad volvieron a poseerla. Planeó todo; la noche siguiente abandonaría ese lugar y se dirigiría a donde su corazón le indicara, a donde el todo poderoso la quisiera llevar. Apretó fuerte su rosario y se encomendó a su Dios. Eran las seis de la tarde. Había sido un día aparentemente tranquilo. Cerca de la una de la mañana partiría cautelosamente. Había estado muy distraída todo el día. El momento se avecinaba. María Adela estaba muy nerviosa. Una sensación de frío recorría todo su cuerpo y al llegar a su cabeza se convertía en ilusión. Después de un gran trabajo logró cruzar el umbral. Sintió una emoción inmensa, ya estaba fuera de la casucha; ahora solo le restaba dirigirse a un lugar indefinido que pudiera protegerla del peligro del monte, de los animales y sobre todo de los uniformados que cuidaban el campamento aquella noche.
Llevaba pocas horas en su marcha y sentía que había caminado por días; estaba muy cansada. De repente sintió que la observaban, el sudor rodaba por su cara aunque la noche helaba; decidió no mirar hacia atrás, no regresaría jamás.
Su corazón le dijo que era el momento oportuno de correr y lo hizo tan rápido como nunca lo había imaginado, porque ya escuchaba los pasos de los guardianes que venían tras ella. Corrió y corrió, había andado tanto que su cuerpo le suplicaba que se detuviera, pero su interior la animaba a seguir. De pronto escuchó algo que sus oídos nunca hubieran querido oír, las únicas dos palabras que arruinarían todo su plan: "alto ahí". Sintió ganas de llorar pero no dejó de correr; avanzó un poco más. Una vez más se dio cuenta que todo esto sería en vano, que la vida era injusta porque ni siquiera se había apiadado de esa criaturita que aguardaba en su vientre. Un grito se escuchó por toda la selva. Una ráfaga de balas atravesó su cuerpo con la misma libertad que tenía el viento para revolcarle los cabellos. Muchas cosas pasaron por su cabeza en aquel momento: su hijo, su hermanito, toda su familia. Sintió cómo su sangre hervía y la hacía caer rendida ante la naturaleza. Dio gracias a Dios por haberle permitido llegar hasta ahí y sintió como su alma y la de su bebé volaban libres cuan pájaro en el hermoso cielo.
viernes, 7 de agosto de 2009
DIARIO DE UN DESAHUCIADO
ESCRITO POR: LINA ALEJANDRA URIBE
AGOSTO 7 DE 2009
Son las 11 de la noche y está haciendo un calor infernal. Últimamente le he estado dedicando mucho tiempo a este viejo computador, tal vez ha sido mi único amigo después de la muerte de Alberto, mi gran compañero de infancia. Mataron a “Beto”, ¿quién iba a creerlo? Todavía se me aguan los ojos al recordar el motivo del asesinato. Alberto iba para su casa en la bicicleta roja cuando de repente se le aparecieron dos hijos de puta, armados con cuchillo y le ordenaron con un grito que se bajara de la “burra” y entregara la plata; mi amigo, como buen colombiano, se las dio de valiente y por eso ahora sólo es un simple recuerdo. La única foto que nos tomamos juntos la tengo puesta en el espejo del baño y cada vez que la miro le hablo como si en realidad “Betico” estuviera ahí en frente mío. No quiero vivir más pero me parecería estúpido quitarme la vida. Todas las noches trato de comunicarme con la muerte y pedirle que venga rápido por mí que no quiero robarles más el aire a las personas que lo necesitan.
Hoy vi pasar a Cristina, la única mujer de la cual he estado enamorado. Siempre he sido muy escéptico para ese tipo de cosas pero acepto que algún día llegué a pensar que había encontrado el amor. Al final pasó lo de siempre, ella me dejó por otro tipo supuestamente más valioso… ¡qué va! Ese otro lo que tenía era más plata y ya. No tengo nada que hacer, me iba a acostar pero la cama me hizo una cara horrible; ya hasta ella me desprecia. No hay nadie en mi casa, o por lo menos no que yo sepa, puede que en el último cuarto esté la señora que se hace llamar mi madre, la verdad hace como una semana no la veo y no me hace ni un poquito de falta.
Es muy tarde, el alba se acerca y yo llevo horas y horas mirando esta pantalla. Para lo único que quiero que amanezca es para ir al parque y fumarme un “porrito” y luego ponerle conversa a las ardillas porque guardo la esperanza de que algún día me respondan, tal vez a ellas el sol no les ha rostizado la mente como a todos los seres humanos, incluyéndome. Me hierve la sangre por el simple hecho de pensar que en este mismo instante hay muchos colombianos que están muriendo de hambre mientras el presidente Uribe, por ejemplo, apoya su cabeza en una costosísima almohada de plumas de ganso, la cual le permite soñar con la “seguridad democrática” y crear estrategias para que este país se termine de pudrir; que muchas familias viven alrededor de un río sobre cartones extendidos mientras Cristiano Ronaldo está haciendo barquitos de billetes porque no sabe qué hacer con el 1.ooo.ooo de euros que recibe mensualmente, y para no irnos tan lejos, que muchos secuestrados están siendo torturados en este preciso momento mientras yo me quejo porque hace mucho calor en mi habitación.
No voy a negar que un día soñé con la consecución de un mundo mejor, pero hoy considero basura esas creencias utópicas; la única alternativa es empeorar, si logramos quedarnos como ahora sería un milagro. El hecho de que Estados Unidos nos brinde su “gran ayuda” haciéndonos enormes préstamos a diario no quiere decir que haya alguna posibilidad de salir de esta crisis, al contrario, el incremento de la deuda externa nos hundirá cada día más en las tumbas del olvido.
Esta mañana un señor en la calle me detuvo y empezó a hablarme de Dios. Lo interrumpí de inmediato y le dije que yo no concebía el hecho de encomendar la vida a un ser que, si es que existía, se había mostrado indiferente ante todos los sufrimientos humanos; que no le importaba ver cómo “sus hijos” se mataban entre ellos, se destruían cada día más. El predicador agachó la cabeza y siguió su camino, tal vez se dio cuenta de que perdería su tiempo si trataba de persuadirme con su discurso barato. Cuando lo vi alejarse le grité una frase que me ha acompañado desde hace algunos años: “No creo en las personas, no creo en la vida, no creo en el destino, no creo en mí y no creo en Dios”. El hombre aceleró el paso y volteó la esquina. Lo sucedido siguió dando vueltas en mi cabeza por un largo rato; pensé en todas las personas que botan su dinero en la máxima representación de las entidades capitalistas: las iglesias, que lavan el cerebro de sus seguidores convirtiéndolos en simples becerros tras una palabra colmada de falacias.
Me volví a acordar de Alberto; a veces hasta lo envidio porque allá en la otra vida no tiene que seguir aguantando la estupidez humana. Espero estar pronto junto a él, mi existencia en la tierra no tiene sentido. Actúo por inercia, ya se me ha consumido el cerebro. ¡Quiero irme! pero mientras a la muerte se le da la gana de llevarme seguiré viviendo en este mundo, como diría Benedetti, de consumo y humo, de rutina y ruina, pero sobre todo, de paciencia y asco.
Son las cuatro de la mañana y sigue haciendo un calor infernal.
Hoy vi pasar a Cristina, la única mujer de la cual he estado enamorado. Siempre he sido muy escéptico para ese tipo de cosas pero acepto que algún día llegué a pensar que había encontrado el amor. Al final pasó lo de siempre, ella me dejó por otro tipo supuestamente más valioso… ¡qué va! Ese otro lo que tenía era más plata y ya. No tengo nada que hacer, me iba a acostar pero la cama me hizo una cara horrible; ya hasta ella me desprecia. No hay nadie en mi casa, o por lo menos no que yo sepa, puede que en el último cuarto esté la señora que se hace llamar mi madre, la verdad hace como una semana no la veo y no me hace ni un poquito de falta.
Es muy tarde, el alba se acerca y yo llevo horas y horas mirando esta pantalla. Para lo único que quiero que amanezca es para ir al parque y fumarme un “porrito” y luego ponerle conversa a las ardillas porque guardo la esperanza de que algún día me respondan, tal vez a ellas el sol no les ha rostizado la mente como a todos los seres humanos, incluyéndome. Me hierve la sangre por el simple hecho de pensar que en este mismo instante hay muchos colombianos que están muriendo de hambre mientras el presidente Uribe, por ejemplo, apoya su cabeza en una costosísima almohada de plumas de ganso, la cual le permite soñar con la “seguridad democrática” y crear estrategias para que este país se termine de pudrir; que muchas familias viven alrededor de un río sobre cartones extendidos mientras Cristiano Ronaldo está haciendo barquitos de billetes porque no sabe qué hacer con el 1.ooo.ooo de euros que recibe mensualmente, y para no irnos tan lejos, que muchos secuestrados están siendo torturados en este preciso momento mientras yo me quejo porque hace mucho calor en mi habitación.
No voy a negar que un día soñé con la consecución de un mundo mejor, pero hoy considero basura esas creencias utópicas; la única alternativa es empeorar, si logramos quedarnos como ahora sería un milagro. El hecho de que Estados Unidos nos brinde su “gran ayuda” haciéndonos enormes préstamos a diario no quiere decir que haya alguna posibilidad de salir de esta crisis, al contrario, el incremento de la deuda externa nos hundirá cada día más en las tumbas del olvido.
Esta mañana un señor en la calle me detuvo y empezó a hablarme de Dios. Lo interrumpí de inmediato y le dije que yo no concebía el hecho de encomendar la vida a un ser que, si es que existía, se había mostrado indiferente ante todos los sufrimientos humanos; que no le importaba ver cómo “sus hijos” se mataban entre ellos, se destruían cada día más. El predicador agachó la cabeza y siguió su camino, tal vez se dio cuenta de que perdería su tiempo si trataba de persuadirme con su discurso barato. Cuando lo vi alejarse le grité una frase que me ha acompañado desde hace algunos años: “No creo en las personas, no creo en la vida, no creo en el destino, no creo en mí y no creo en Dios”. El hombre aceleró el paso y volteó la esquina. Lo sucedido siguió dando vueltas en mi cabeza por un largo rato; pensé en todas las personas que botan su dinero en la máxima representación de las entidades capitalistas: las iglesias, que lavan el cerebro de sus seguidores convirtiéndolos en simples becerros tras una palabra colmada de falacias.
Me volví a acordar de Alberto; a veces hasta lo envidio porque allá en la otra vida no tiene que seguir aguantando la estupidez humana. Espero estar pronto junto a él, mi existencia en la tierra no tiene sentido. Actúo por inercia, ya se me ha consumido el cerebro. ¡Quiero irme! pero mientras a la muerte se le da la gana de llevarme seguiré viviendo en este mundo, como diría Benedetti, de consumo y humo, de rutina y ruina, pero sobre todo, de paciencia y asco.
Son las cuatro de la mañana y sigue haciendo un calor infernal.
jueves, 6 de agosto de 2009
Tema a trabajar durante el semestre

Miles de hogares han sido afectados, muy numerosos por cierto. No se sabe que es peor, si tenes un basurero dentro de la ciudad que genere gases contaminantes que afectan nuestra salud o ver a muchas personas muriéndose de hambre porque les han quitado la única alternativa que tenían para sobrevivir.
Me parece un tema muy interesante del cual puedo escuchar muchas versiones o puntos de vista, lo que facilita la llegada a una conclusión colmada de argumentos.
miércoles, 5 de agosto de 2009
Película y libro para trabajar durante el semestre
La película que trabajaré se titula "2001: Una odisea del espacio". La escogí porque aparte de las buenas r
eferencias que me han dado he leído un poco a cerca de su temática y me parece muy interesante conocer otra versión sobre la evolución humana con un poco de tecnología y además la representación de vida extraterrestre, no dejando de lado el poder disfrutar de todos los efectos especiales que tengo entendido que ofrece esta obra.

Ningún otro libro como "El olvido que seremos", de Hector Abad Faciolince, para hacer un análisis profundo sobre la problemática a la cual todos somos vulnerables actualmente: la violencia. Me llama mucho la atención que la narración de este libro haya nacido de una experiencia que vivió Hector con su padre quien fue asesinado, como el mismo narrador vivió el suceso puede contarlo de una manera más precisa y que llegue más al público; además he tenido la oportunidad de leer muchas de las columnas que este autor ha escrito para El Espectador y me parecen maravillosas, aunque expresa todo lo que siente lo hace de una manera supremamente culta y decente que cautiva a la mayorías de sus lectores, incluyéndome.
martes, 4 de agosto de 2009
Tema del producto comunicativo
Desarrollaré mi producto comunicativo tratando la temática de la falta de pertenencia que tenemos los caleños con nuestra ciudad; muchas veces nos enfocamos sólo en los problemas existentes como el mal manenjo de las basuras, la excesiva contaminación visual, la gran cantidad de vendedores ambulantes, los niños trabajando en los semáfotos, entre otros, y olvidamos las cosas hermosas que nos brinda nuestra "Cali bella". Por medio del producto intentaré despertar un amor por su ciudad en los caleños que lo vean, para que reflexionen sobre el hecho de que unas pocas nubes negras no pueden tapar un sol resplandeciente; en las personas que no son de Cali tengo el objetivo de cambiar la visión que tienen la mayoría: que es una ciudad cochina, peligrosa, etc". Las imágenes serán el elmento principal de persuación.
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